Los científicos analizaron los datos de las misiones espaciales sobre el crecimiento de las bacterias E. coli y la salmonela en condiciones de ingravidez. Resultó que ambos organismos florecieron, haciéndose más grandes y multiplicándose más rápidamente. También adquieren una estructura especial jamás observada en la superficie terrestre.
Para estudiar el fenómeno, científicos de la Universidad de Houston sometieron a una colonia de E. coli a la simulación de las condiciones de gravedad cero, y observaron cómo iba multiplicándose durante un período de tiempo. La colonia produjo más de 1.000 generaciones —ya mucho más que en otros estudios de la misma duración sin la adición de la ingravidez—.
Al analizar genéticamente las bacterias fortalecidas, los investigadores revelaron unas 16 mutaciones diferentes, el conjunto de las cuales fomentaba las capacidades de la reproducción del organismo. La conclusión del equipo fue clara: las mutaciones 'espaciales' eran casualidad.
El hallazgo presenta un problema en dos niveles, teoriza el medio ruso Popmech.
Afortunadamente, las mutaciones no presentan resistencia ante los antibióticos, así que los viajeros espaciales tendrán un arma contra los microorganismos fortalecidos. Por otro lado, no se puede predecir qué capacidades podría desarrollar una bacteria tras una década en el espacio, concluye el medio.