Sus cuernos espirales han sido objeto de fascinación desde que la humanidad conoció por primera vez a esta bestia. Una de la hipótesis más extendida es que los narvales fueron precisamente los que inspiraron las primeras historias acerca de los míticos unicornios en la Europa medieval. Los narvales son cetáceos característicos de los mares del Ártico y el Atlántico.
Nuevas imágenes publicadas por el Departamento de Pesca y Océanos y el Fondo Mundial para la Naturaleza demuestran que estas ballenas sí usan sus cuernos para cazar.
El autor de este vídeo, el documentalista Adam Ravetch, ha usado drones para mostrar cómo los narvales se alimentan de un grupo de bacalaos. En la grabación se evidencia la inusual forma en que utilizan sus cuernos.
"Cuando el bacalao se colocaba cerca de la punta del cuerno, el narval le daba un rápido y duro golpe que probablemente aturdía al pez; parecía que momentáneamente dejaba de moverse, y luego el narval movía su boca y aspiraba a su presa", explica el biólogo Steve Ferguson en este vídeo.
Los científicos han sido capaces de capturar este comportamiento nunca antes visto gracias a la utilización de drones, los cuales han podido acercarse lo suficiente a las ballenas, famosas por ser tímidas, sin asustarlas.
No obstante, el comportamiento alimentario no es probablemente el propósito principal de los cuernos, que pueden crecer hasta los tres metros de longitud. En los últimos años se han encontrado evidencias que indican que los cuernos también pueden funcionar como órganos sensoriales.
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Además, no se excluye la versión que relaciona a estos mamíferos de mar con sus míticos parientes: la relacionada con el sexo. La mayoría de los que portan este adorno son machos, mientras que solo una de cada 500 hembras lo tiene.