Durante mucho tiempo, los científicos aseguraban que los terremotos más grandes, es decir, los superiores a 8,5 de magnitud, suceden en los límites de dos placas "jovenes" ya que se suponía que son más sólidas, por lo tanto su interacción es más brutal.
Los autores de esta nueva investigación, compararon la frecuencia de los temblores provocados por la interacción de las placas tectónicas y su forma. Resultó que cuanto más planos son los bordes de las placas, más frecuentemente suceden grandes sismos en estos lugares.
Es que las placas con límites planos pueden resistir mejor la presión provocada por el movimiento tectónico, pero una vez que se libera la energía acumulada, el proceso resulta ser considerablemente más potente y devastador.