Según una investigación publicada en la revista científica bioRxiv, en los últimos 20.000 años los inuit han experimentado las consecuencias del así llamado 'cuello de botella' —cuando debido a un drástico descenso en el número de miembros, una población llega a estar al borde de la extinción, lo que reduce su diversidad genética—.
"Esto ha llevado a una distribución notablemente más extrema de alelos deletéreos —genes letales— que en cualquier otra población humana", han afirmado los científicos.
De acuerdo con los investigadores, el efecto de 'cuello de botella' provoca un aumento del número de mutaciones y el riesgo de enfermedades congénitas.