El acuífero está situado bajo la corteza terrestre y se formó en la antigüedad bajo temperaturas mayores que 1.500 grados Celsius y altas presiones.
Al analizar las muestras de flujos de lava solidificada, los científicos encontraron agua en las estructuras cristalinas de los minerales. Las muestras encontradas en Canadá permanecieron prácticamente sin cambios desde la antigüedad y permitieron a los científicos estimar el tamaño de las reservas subterráneas de agua.
Muchos expertos sospechaban de la existencia de un océano subterráneo, pero el estudio permitió estimar su tamaño y por lo tanto afirmar la existencia de un vasto océano subsuperficial. Lo más probable es que esta masa de agua subterránea se originó en las primeras etapas de desarrollo del planeta.