En las dos últimas semanas, los medios de comunicación serbios han hablado de la supuesta decisión de Belgrado de comprar los sistemas antiaéreos chinos FK-3, que, sin embargo, no ha sido confirmada por el Ministerio de Defensa del país.
El 10 de agosto, el embajador de Estados Unidos en Belgrado declaró que las autoridades serbias "deberían ser conscientes de los riesgos a corto y largo plazo que conllevaría la cooperación con las empresas chinas".
A su vez, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, declaró que Belgrado no compraba los sistemas chinos, sino que estaba solo barajando esa posibilidad.
"Cada vez que tomamos una decisión de comprar algo, hay alguien que se opone. Aún no hemos comprado el FK-3, lo hemos pensado", dijo y agregó que los FK-3 no están en la lista de sanciones de EEUU.
El analista político serbio, Aleksandar Pavic, observó que los estadounidenses están incluso preocupados por el camino europeo de Serbia, aunque parece ser un asunto de la UE.
Según el analista, Washington teme a las armas más baratas y eficientes que puede comprar Serbia y que deje de depender de los estadounidenses.
"Todo nuestro entorno, que ingresó en la OTAN, depende de EEUU: todos sus planes de suministro, adquisición y servicio de armas se centran en Washington y en menor medida, en otros países occidentales productores de armas".