Europa necesita gas y Rusia está dispuesta a enviárselo. La maquinaria para hacer llegar el preciado recurso natural desde Rusia hasta Alemania a través del Nord Stream 2 y al sur de Europa a través del Turk Stream tiene a la Administración de Trump buscando más y más sanciones que imponer.
"Es una advertencia clara a las empresas que ayudan y estimulan los proyectos de influencia maligna de Rusia que no serán tolerados. Salga ahora o arriésguese a las consecuencias", declaró Mike Pompeo.
La idea de que Europa estreche los lazos de cooperación en términos energéticos con su vecino no gusta a la Administración norteamericana. Por eso, Washington cuenta con un arma arrojadiza que no duda en sacar de vez en cuando: la Ley para Contrarrestar a los Adversarios mediante Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés).
Cada vez más compañías se implican directamente en los proyectos gasísticos rusos. Por ejemplo, ¿empresas como Royal Dutch Shell, Uniper SE o Engie SA están financiando el polémico Nord Stream 2? No hay problema, Washington aplica a estas y a todas las empresas que haga falta su ley y ya está.