Lo parece, pero no lo es. No es un año normal, ni mucho menos, en el Reino Unido. El coronavirus está causando estragos en su país, pero algunos británicos no parecen ser conscientes de ello.
Así, varios días de buen tiempo con temperaturas cercanas a los 30 grados han valido para que miles y miles de personas salgan a extender sus toallas en las playas de Devon, Cornualles y otras regiones soleadas del país, provocando el enfado de muchos de los vecinos de la zona.
El Reino Unido, al igual que sus vecinos europeos, se encuentra en plena fase de flexibilización de las restricciones impuestas para detener el coronavirus. Eso a pesar de tener las peores estadísticas del continente europeo con unos 250.000 casos positivos, superados solo por EEUU, Rusia y Brasil a nivel mundial, y más de 35.000 muertes.