En su artículo, Zachary Cohen señala que Rusia y China entienden muy bien que la importancia que se le dé a estar a la vanguardia de la inteligencia artificial determinará el nivel de desarrollo económico y la capacidad de los países para defenderse en el futuro.
El Ejército de Rusia está enfrascado desde hace tiempo en el desarrollo de robots y de drones que sean capaces de analizar los datos de un radar para decidir a qué velocidad y a qué altura volar y qué dirección tomar. Por su parte, el Gobierno chino ha declarado que desarrollar este tipo de tecnología está entre las prioridades del gigante asiático.
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Desde el Pentágono reconocen que Estados Unidos no cuenta con los recursos necesarios para desarrollar esa tecnología y que el país no tiene ningún plan trazado para no quedarse rezagado en la carrera por la inteligencia artificial. Y eso a pesar de que los pronósticos sitúan esta tecnología al mismo nivel que las armas nucleares.