Tres años después, la península continúa progresando, con la creación de nuevas obras de infraestructura, como el puente de Crimea, y las ayudas que llegan desde Moscú.
Mientras tanto, Ucrania sigue envuelta en una crisis política y económica a causa del conflicto en Donbás y la lucha de la oligarquía ucraniana por el poder.