Este acto fue visto por la opinión pública y algunos expertos como un 'saludo' por parte de Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, hacia Donald Trump, presidente de EEUU, y Shinzo Abe, primer ministro de Japón.
Estos dos países, junto a Corea del Sur, pidieron que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna con carácter urgente para abordar este nuevo desafío a las resoluciones internacionales que prohíben a Pyongyang efectuar pruebas nucleares y de misiles balísticos.
En 2016, Corea del Norte lanzó más de 20 misiles balísticos —incluyendo misiles Musudan de rango intermedio— y realizó el lanzamiento simultáneo de tres proyectiles Rodong con un alcance de 1.300 kilómetros que cayeron en el mar dentro de la zona económica exclusiva de Japón, cerca de Hokkaido.