La iniciativa tiene como objetivo hacer una revisión completa de las políticas aplicadas a los solicitantes extranjeros para prevenir la entrada de elementos extremistas al país. Como medida provisional, se impuso un veto de 90 días a la entrada en EEUU de ciudadanos cuyas naciones se hallen involucradas en conflictos con grupos islamistas radicales: Irak, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia, además de Irán.
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