Según la Agencia Telegráfica Central de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés), Kim "guió otro simulacro de capacidad de fuego de las subunidades de artillería de largo alcance", cuyo objetivo era comprobar su preparación para "contraataque militar repentino". Todas las unidades, según este medio, "dieron en el blanco con excelente puntería".
El 8 de marzo Corea del Norte disparó tres proyectiles desde la zona de Sondok hacia el mar del Este (mar del Japón), según el Estado Mayor Conjunto surcoreano. Fueron misiles de corto alcance que se elevaron a unos 50 kilómetros y volaron unos 200 kilómetros.
El Gobierno japonés, por su parte, estimó que se trata de misiles balísticos que cayeron en el mar fuera de la zona económica exclusiva de Japón.
Durante el anterior, el 2 de marzo, Corea del Norte disparó dos misiles desde un área próxima a Wonsan en dirección al mar del Este (mar del Japón), según el Estado Mayor Conjunto del Ejército surcoreano.
Los misiles —balísticos y de corto alcance, según la estimación de militares surcoreanos— se elevaron a unos 35 kilómetros y volaron unos 240 kilómetros.
Expertos surcoreanos opinan que Pyongyang probó la capacidad de fuego continuo de un lanzacohetes múltiple de 600 mm, en un ensayo similar a los cuatro realizados entre agosto y noviembre de 2019.
En mayo pasado Pyongyang reanudó las pruebas de armas, tras una pausa de 17 meses, y realizó desde entonces una quincena de ensayos, entre ellos dos recientes que, según las conjeturas, fueron de nuevos motores para misiles balísticos intercontinentales.