Una persona murió y 48 resultaron heridas después de que un operativo lanzado para detener a Atambáev en la aldea de Koi Tash, a unos 23 kilómetros de Biskek, derivara en enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los defensores del exmandatario.
Más de la mitad de los heridos, entre ellos un efectivos de la policía antidisturbios que sucumbió tras recibir un disparo en los choques, son agentes del Comité de Seguridad Nacional o del Ministerio del Interior de Kirguistán.
Fuentes de la agencia de noticias kirguisa 24.kg estiman que de 5 a 10 miembros del grupo de operaciones especiales Alfa siguen retenidos desde el 7 de agosto en calidad de rehenes en la casa de Atambáev.
A su vez, el presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, manifestó que el exmandatario kirguís Almazbek Atambáev violó la Constitución en vigor al oponer resistencia a los agentes del orden.
"Almazbek Atambáev ha pisoteado la Constitución y las leyes de la República de Kirguistán oponiendo fuerte resistencia armada a las diligencias legales", declaró Zheenbékov al intervenir en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
El jefe del Estado resaltó la necesidad de garantizar que todos los ciudadanos acaten estrictamente los requisitos de la ley.
Según los datos de última hora proporcionados por el Ministerio de Salud kirguís, una persona murió y 51 resultaron heridas después de que un operativo lanzado para detener a Atambáev derivara en enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los defensores del exmandatario.
A su vez, el agregado de prensa de la Embajada rusa en Biskek, Víctor Járchenko, dijo a Sputnik que la legación trabaja como de costumbre y definió la situación en la capital como "tranquila".
"No tenemos información sobre amenazas a la seguridad de ciudadanos rusos", agregó.
El diplomático rehusó comentar el incidente del 7 de agosto alegando que "es un asunto interno" de Kirguistán.
La Fiscalía avaló todos los cargos, salvo los de usurpación de poderes y persecución a periodistas y oponentes políticos.
De ser declarado culpable, el expresidente, de 62 años, podría pasar el resto de su vida entre rejas.
Atambáev insiste en su inoncencia y se declara dispuesto a rendir cuentas de su gestión.