Los agentes "llevan a cabo una operación de dispersión hacia el este con el uso de gas lacrimógeno" debido a que "algunos manifestantes lanzaban ladrillos a oficiales de la policía", tuiteó la policía.
Los manifestantes protestaron no solo contra las enmiendas a la ley de extradición, sino también contra los ataques de grupos criminales que ocurrieron en la zona el pasado fin de semana dejando a 45 heridos.
Tras lo ocurrido la Policía prohibió convocar una manifestación el 27 de julio alegando motivos de seguridad.
Quienes impugnan la normativa temen que daría luz verde para entregar a Pekín a disidentes políticos, además de funcionarios corruptos.
El 15 de junio el Gobierno suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes.