"No tenemos tales planes en este momento", afirmó Venkatesh Varma.
El diplomático añadió que "la situación se está estabilizando bastante rápido".
"La India ha dejado claro que no busca una escalada de tensión", dijo el embajador.
Para normalizar la situación, según él, lo mejor sería que Pakistán combatiera a los grupos terroristas.
"No es una pugna entre la India y Pakistán, la India está protegiendo sus intereses frente a la amenaza de grupos terroristas y no es el único país de la región que sufre a causa de sus acciones", destacó.
"No se trata de mediar sino de que Pakistán actúe creando un ambiente favorable para continuar el diálogo. Me refiero en primer término a las acciones contra los grupos terroristas que están en su territorio", apuntó.
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Rusia, según Venkatesh Varma, podría "influir en Pakistán para que no deje a grupos terroristas usar su territorio".
El atentado fue reivindicado por el grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM) cuyo jefe, Masood Azhar, se encuentra en Pakistán, según Nueva Delhi.
La India volvió a acusar a Pakistán de patrocinar grupos terroristas en la disputada región de Cachemira, pero Islamabad rechazó la acusación que calificó de "infundada" y propuso a Nueva Delhi investigar conjuntamente el ataque.
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El 26 de febrero, la India bombardeó desde el aire las supuestas bases de JeM en territorio pakistaní, afirmando que era una "acción no militar preventiva" y "absolutamente necesaria" debido a la información de que el grupo estaba tramando más ataques.
El enfrentamiento aéreo se tradujo en el derribo de un MiG-21 indio cuyo piloto fue capturado por los pakistaníes.
También Nueva Delhi afirmó haber abatido un F-16 pakistaní el 27 de febrero, pero Islamabad negó haber utilizado este avión de combate en el ataque.
El 1 de marzo, Pakistán entregó al piloto cautivo a la India en "un gesto de paz" dirigido a distender la situación.