Durante un operativo, que se llevó a cabo de madrugada en el noroeste de esta ciudad y en el que se implicaron unos 200 agentes, según el diario The Australian, fueron arrestados tres individuos de origen turco: dos hermanos, Ertunc y Samed Eriklioglu, de 30 y 26 años, respectivamente, y un tercer sospechoso, Hanifi Halis, de 21, amigo y supuesto cómplice de aquellos.
Los tres detenidos, acusados de planificar un ataque terrorista, comparecerán esta tarde ante la Corte de Magistados de Melbourne.
El comisario jefe de la Policía de Victoria, Graham Ashton, dijo que el trío estaba bajo vigilancia desde marzo y se movilizó en la última semana.
Los sospechosos intentaron adquirir un rifle semiautomático para lanzar un ataque en una zona concurrida, aunque la policía no ha identificado todavía un objetivo específico. Sin embargo, Ashton dijo que los tres se proponían causar el mayor número posible de víctimas.
"Seguro que estaban buscando un lugar concurrido (…) un lugar donde pudieran matar a tantas personas como fuera posible", afirmó.
Los acusados intercambiaban mensajes encriptados y la policía, según el comisario, actuó cuando había reunido suficientes pruebas.
El comisario adjunto, Ross Guenther, supuso que los tres se habían radicalizado dentro de su célula.
"Desafortunadamente, la máquina de propaganda del Estado Islámico y la de Al Qaeda promueven esta clase de actividad", dijo refiriéndose a dos organizaciones terroristas prohibidas en numerosos países, entre ellos Rusia.
Mientras, el padre de los dos hermanos, Ertunc Erikioglu, negó que sus hijos se hubieran radicalizado.
"Ni siquiera saben cómo usar un arma", dijo, citado por el diario The Sydney Morning Herald.
Cuando se le preguntó si sus hijos habrían sido influidos por el Estado Islámico, Erikioglu afirmó: "No, no les gusta el Estado Islámico".
"Son muy tranquilos, no son salvajes, no son agresivos. No tenemos armas, (los agentes) no pudieron encontrar nada".