La misión empresarial debía haber partido rumbo al archipiélago ruso el pasado 16 de agosto pero no pudo hacerlo debido al mal tiempo, reportó la agencia Kyodo.
Al día siguiente la nave zarpó, pero se vio obligada a retornar debido al fuerte oleaje.
Inicialmente la misión empresarial japonesa debía preparar materiales sobre temas concretos de cooperación a fin de ser presentados en la cumbre bilateral ruso-japonesa que se llevó a cabo en Vladivostok.
Las islas Kuriles son una cadena de 56 islas volcánicas de 1.200 kilómetros de extensión, ubicada entre la península de Kamchatka y la isla de Hokkaido y supeditada a la jurisdicción de Rusia.
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Tokio se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia en 1855.
Moscú, a su vez, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la Segunda Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.
El primer ministro Shinzo Abe se pronunció a mediados de diciembre de 2016, durante la visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a Japón, por transformar las islas Kuriles del Sur en una zona de cohabitación entre los dos pueblos.
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