El representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, Tadamichi Yamamoto, calificó de "profundamente impactante" y "cínico" ese atentado terrorista dirigido contra civiles, entre ellos socorristas y reporteros.
"Nos unimos a los afganos para expresar nuestro rechazo a un ataque tan cruel", subrayó.
La primera explosión, a cargo de un terrorista suicida, ocurrió cuando en el local se estaba desarrollando un torneo de lucha libre. Unos 40 minutos más tarde, cuando en el área se habían congregado numerosas personas, en particular periodistas y representantes de los servicios de emergencia, se produjo la segunda detonación.
Entre las víctimas mortales hay dos reporteros del canal de televisión Tolo News.
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En su informe de julio pasado, la Unama dio cuenta de 1.692 civiles muertos entre el 1 de enero y el 30 de junio —más que en cualquier otro período comparable del último decenio— y 3.430 heridos.
El 52% de las víctimas civiles en el período de enero a junio, según la Unama, son atribuibles a los ataques del ISISI, la organización terrorista proscrita en Rusia y otros países.
Los talibanes fueron responsables del 40% de las víctimas cíviles; y otros grupos insurgentes, del resto.