La medida busca evitar que los gatos afecten de manera negativa a la fauna local, ya que las cámaras han demostrado que los felinos locales matan aves, insectos e incluso algunos reptiles.
"No odiamos a los gatos, pero queremos que nuestro medioambiente sea rico en fauna silvestre" subrayó John Collins, presidente de Omaui Landcare Charitable Trust, a Otago Daily Times.
Según el plan, cualquier persona que no cumpla con los requisitos recibirá un aviso, antes de que los funcionarios se lleven a las mascotas, pero esta medida solo sería usada como un "último recurso absoluto".
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La iniciativa es parte del plan regional de control de plagas propuesto por el consejo regional, abierto para votación popular durante los próximos dos meses, detalló Newshub.