"El último modelo del iPhone puede convertirse en una carga insoportable", reza un enorme cartel en la entrada del campus de la Universidad de Lenguas Extranjeras de Shanghái. Los jóvenes chinos se han acostumbrado, de un tiempo a esta parte, a comprar de todo utilizando microcréditos. Préstamos de pequeñas cantidades y suficientes para poderse permitir el último modelo del 'smartphone' de moda. Muchas de las deudas que contraen con las entidades que facilitan estos préstamos quedan sin saldarse y acaban siendo, al final, una lápida demasiado pesada sobre sus espaldas.
Aquellos maravillosos 'millennials'
Históricamente, vivir a crédito en China se ha considerado una vergüenza. Los chinos siempre se esforzaron hasta la extenuación en ahorrar para cuando viniesen 'las vacas flacas'. Incluso la generación que creció en tiempos de bonanza económica y que acabó teniendo mayor poder adquisitivo que sus padres no se atrevía a gastarse el dinero, y prefería tener un colchón financiero por si las moscas. Lo invertían en la educación de sus hijos, en la compra de la vivienda, en la salud o en la pensión.
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"Es la prueba del 'boom' que está dando la tecnología aplicada a las finanzas en China y de cómo se está transformando la conciencia económica del ciudadano chino. El desarrollo de servicios como los préstamos P2P —o 'peer to peer', entre particulares—, los pagos por teléfono y el 'crowdfounding' o microfinanciación lo que hace es satisfacer la necesidad de las personas de consumir (…) El aumento en la solicitud de préstamos refleja la necesidad creciente de la gente de tener un vida fantástica", explica a Sputnik.
Añade que, si China no quiere que el tema se desborde, deberá controlar que se cumplan los términos en los que los préstamos contraídos se deben devolver.
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Las orejas al lobo
Desde el Gobierno, ya hace tiempo que intentan hacer del consumo interno del país el motor de su crecimiento económico. Lejos de ser los 'millennials' la base en la que debería haberse basado el consumo económico, se han convertido en un peligro porque ese mismo consumo se salda a costa de créditos. La deuda de los hogares chinos fue equivalente al 40% del PIB a finales de 2017, según la Universidad de Economía y Finanzas del Suroeste de China. La cifra supera a la de muchos países en desarrollo y todo indica que seguirá creciendo.
La crisis de 2008 de debió a una enorme cantidad acumulada de créditos 'subprime' y en China unos 320 millones de personas ya han coqueteado con los préstamos. Quién sabe lo que puede pasar esta vez.
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