Según datos del periódico, Pekín podría ralentizar la obtención de las autorizaciones para las fusiones y adquisiciones en las que participen las compañías de EEUU, así como activar inspecciones de las mercancías estadounidenses en las fronteras.
Sin embargo, indica The Wall Street Journal, China necesita a EEUU no solo en el área del comercio.
"EEUU no es un enemigo de China porque ambos países afrontan dificultades comunes", dijo uno de los funcionarios.
El diario agrega que la guerra de tarifas podría debilitar aún más la economía china, que ya está en dificultad.
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The Wall Street Journal publicó que las autoridades de EEUU planean aplicar tarifas adicionales del 10% a mercancías chinas por un valor total de 200.000 millones de dólares.
El 6 de julio Estados Unidos aplicó los primeros aranceles del 25% sobre bienes importados de China por un total de 34.000 millones de dólares.
Los otros 16.000 millones se gravarán en las próximas dos semanas, según informó el 5 de julio el presidente de EEUU, Donald Trump.
Pekín también impuso aranceles a artículos estadounidenses por un valor de 34.000 millones de dólares, e informó que dará a conocer más tarde la fecha para el resto de los aranceles.