"Los autores de este espantoso crimen deben comparecer ante la justicia", dijo Ingrid Hayden, representante especial adjunta del Secretario General para Afganistán.
Al mismo tiempo, la UNAMA llamó a todas las partes del conflicto a "respetar en todo momento sus obligaciones de proteger a los civiles" de conformidad con el derecho internacional humanitario.
Una fuerte explosión sacudió el 1 de julio la parte central de Jalalabad, unas horas después de que la visitara el presidente afgano, Ashraf Ghani.
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El ataque causó 19 víctimas mortales, 17 de las cuales eran miembros de las comunidades sij e hindú de Afganistán.
El ataque suicida fue obra del grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países).