Kósirev considera que desde 2012 EEUU ha tratado de presionar no solo a Rusia sino también a China.
"Si para presionar a Moscú Washington utiliza problemas que el país euroasiático tiene con Ucrania, en el caso de Pekín, las autoridades estadounidenses se dedican a especular con temas relacionados con la disputa territorial en el mar de China Meridional", escribe el columnista en su artículo para Sputnik.
El periodista opina que precisamente esta presión ejercida por Washington empujó al país asiático a crear su propia flota de portaviones y contribuyó a que China empezara a mejorar sus ojivas nucleares.
Recientemente el periódico de Hong Kong, South China Morning Post, comunicó que previamente Pekín había acelerado increíblemente el desarrollo de sus armas nucleares de quinta generación y había celebrado al menos cinco ensayos en el marco de un mes.
Tras la aparición de este artículo la prensa central de China incluido el periódico Global Times exhortó a que otros medios de comunicación no exageraran la información sobre los ensayos realizados por China y el crecimiento de su potencia militar. Las necesidades estratégicas son las que están empujando al país asiático a trabajar activamente para crear tres o cuatro grupos de ataque de portaviones.
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A este respecto Kósirev menciona que otro grupo de buques estadounidenses entró recientemente en las aguas disputadas del mar de China Meridional.
"Todo pasó como pasa siempre a excepción de que esta vez cerca de ellas [las naves estadounidenses] se encontraba el portaviones chino Liaoning que estaba realizando sus primeras maniobras de pleno valor", recalca el periodista.
Otra causa por la que China está tratando de consolidar su potencia militar está relacionada con el hecho de que últimamente las autoridades estadounidenses han pasado a ser impredecibles en su política exterior aplicada en relación a China.
Hace poco Donald Trump comunicó que gravaría con nuevos aranceles las importaciones de bienes provenientes de China. Lo hizo a pesar de que el 20 de mayo ambos países celebraron la segunda ronda de negociaciones en la que los diplomáticos de China y EEUU acordaron que ningún país introduciría contra el otro ningún tipo de limitación en el ámbito comercial.
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"¿Cómo puede China confiar en EEUU en esta situación? Claro está que las negociaciones continuarán y las partes seguirán demandando concesiones pero al final Washington volverá a negarse a cumplir sus promesas. Si el juego es tan duro, Pekín se sentirá más tranquilo jugando mientras cuente con buenas ojivas nucleares y mejores portaviones", concluye el periodista.