"La información y los materiales que recogemos son concretos y exhaustivos y apuntan a las violaciones más graves, similares a las que pueden calificarse de crímenes tipificados en la legislación internacional", dijo en la 37 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, celebrada en Ginebra.
El documento, basado en más de 600 entrevistas con los testigos y las víctimas, afirma que las autoridades birmanas violaron los derechos humanos durante una operación militar, que provocó numerosas víctimas civiles.
Los datos citados en el informe constatan que en la zona tuvieron lugar asesinatos, violaciones en grupo de mujeres y menores, secuestros, ejecuciones extrajudiciales y arrestos.
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Según el documento de la ONU, al menos 319 aldeas fueron quemadas a partir del inicio de la operación de las tropas gubernamentales el 25 de agosto de 2017.
"Un carácter sistematizado y masivo de la violencia empleada por el Gobierno indica que fue planeada y organizada de antemano", señaló Darusman, al agregar que la Misión analiza el papel de las fuerzas de seguridad en lo ocurrido.
También denunció que el Gobierno birmano impide a los empleados de la ONU llevar a cabo una investigación en el país.
En su opinión, los acontecimientos de agosto pasado tienen indicios de genocidio, motivo por el que Lee llamó a crear un organismo especial de las Naciones Unidas en la ciudad bangladesí de Cox's Bazar que tenga una duración de tres años para recoger, analizar, documentar e investigar las pruebas de la violación de los derechos humanos de la minoría rohinyá.
Por su parte, el representante de Birmania en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU instó a presentar pruebas de las acusaciones lanzadas.
"Lo único que vemos son acusaciones y queremos que sean comprobadas", dijo.