"Los ejercicios conjuntos contribuyeron a potenciar las capacidades de respuesta de EEUU y Japón y mejorar las habilidades técnicas", dice el comunicado.
Para las maniobras EEUU movilizó dos bombarderos supersónicos B-1B Lancer que llegaron desde la base estadounidense de la isla de Guam.
Por su parte, las fuerzas japonesas enviaron para los ejercicios cuatro cazas F-15 y un avión de alerta temprana E-2C.
Se trata de las segundas maniobras que Estados Unidos llevó a cabo en la región a lo largo de este mes: la semana pasada concluyeron los simulacros aéreos conjuntos con Corea del Sur Vigilant ACE, en los que tomaron parte unos 230 aviones.
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El Ministerio de Defensa surcoreano destacó entonces que los ejercicios buscaban mostrar la capacidad de Seúl y Washington de responder a las "provocaciones" de Corea del Norte.
Fue el primer misil lanzado por Corea del Norte desde el 15 de septiembre, aunque en los meses anteriores había realizado una quincena de pruebas de proyectiles balísticos, incluyendo los ICBM capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y el ensayo de una bomba de hidrógeno para ser colocada en misiles intercontinentales.
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Washington hizo caso omiso a la propuesta y tampoco la apoyó Pyongyang.