"No deseamos una guerra pero no vamos a esquivarla. Si EEUU sobrestima nuestra paciencia y enciende la espoleta de una guerra nuclear, haremos que pague caro las consecuencias con nuestra poderosa fuerza nuclear que hemos potenciado de forma consecuente", cita la agencia oficiosa de Corea del Norte, KCNA, a un funcionario anónimo de la Cancillería, como es habitual para declaraciones de este tipo.
EEUU y Corea del Sur iniciaron el 4 de diciembre el ejercicio aéreo Vigilant ACE en el que participan unos 230 aviones, incluidos cazas furtivos F-22 y bombarderos estratégicos B-1B Lancer.
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Formalmente, EEUU y Corea del Norte formalmente se encuentran en estado de guerra tras el conflicto de 1950-1953 que concluyó con la firma de un armisticio.
Según los datos del Pentágono, EEUU mantenía unos 25.000 militares en Corea del Sur a finales de septiembre pasado.
Por su parte, Corea del Norte realizó en lo que va de este año una quincena de pruebas de proyectiles balísticos, incluyendo los ICBM capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y el sexto ensayo nuclear —el de una bomba de hidrógeno para ser colocada en misiles intercontinentales— a pesar de que las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU le prohíben desarrollar tales actividades.
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A principios de julio pasado, Moscú y Pekín se pronunciaron por declarar una moratoria simultánea sobre el programa norcoreano de misiles y armas nucleares y los ejercicios conjuntos a gran escala de EEUU y Corea del Sur, así como avanzar hacia la desnuclearización de la península de Corea.