"Ya expusimos la posición de China sobre este problema: estamos condenando el ataque cruel perpetrado en Birmania y apoyamos cualquier acto de las partes orientado a mantener la paz y la estabilidad, confiando en que se logre restablecer el orden público y las condiciones de vida normales", señaló el diplomático.
El Consejo de Seguridad de la ONU debatirá el 13 de septiembre la situación en Birmania a petición del Reino Unido y Suecia.
El conflicto entre los rohinyás y la población autóctona, que lleva años produciéndose en el estado birmano de Rakáin, ha experimentado en los últimos tiempos una escalada.
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Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.