Según informó el secretario adjunto del gabinete nipón, Yasutoshi Nishimura, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, sostuvo este miércoles una conversación telefónica con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
Los líderes de dos países coincidieron en que era necesaria una cooperación más estrecha para adoptar una fuerte respuesta.
También apostaron por colaborar con Estados Unidos para que impulse sanciones más rígidas contra Corea del Norte en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Moon calificó la reciente prueba balística de Pyongyang como "una provocación que va más allá de la imprudencia".
Corea del Norte realizó este martes un ensayo de un misil balístico, supuestamente un Hwasong-12 de alcance intermedio, que sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido y cayó en el mar a unos 1.180 kilómetros al este de la costa de Japón y a más de 2.700 kilómetros del lugar del lanzamiento.
Fue la 13ª prueba en lo que va de año, incluyendo el lanzamiento de dos supuestos misiles intercontinentales capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y la segunda después de un cruce de amenazas que tuvo lugar entre Washington y Pyongyang a mediados de agosto.
El ensayo balístico se llevó a cabo en medio de las maniobras a gran escala que efectúan Estados Unidos y Corea del Sur desde el 21 de agosto y que concluyen el día 31.
En los ejercicios participan alrededor de 50.000 militares surcoreanos y 17.500 estadounidenses.
El Gobierno norcoreano ve estas maniobras como el simulacro de una invasión de su territorio.