Se indica que el lanzamiento fue supervisado por el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien declaró que esta última prueba confirma que "el territorio continental de EEUU está al alcance" de los misiles del Norte.
Según KCNA, el proyectil viajó 998 kilómetros, alcanzando una altitud de 3.724,9 kilómetros antes de caer en el mar del Japón.
Kim afirmó, además, que la prueba es una "dura advertencia a EEUU para hacerle comprender que no podrá sentirse seguro si se atreve a atacar a nuestro Estado".
Con el ensayo, se eleva a 11 el número total de pruebas de misiles balísticos que Corea del Norte realizó en lo que va de año, incluyendo dos lanzamientos fallidos en abril.
En 2016, Pyongyang llevó a cabo más de 20 ensayos similares, además de la cuarta y la quinta pruebas nucleares, pese a las prohibiciones del Consejo de Seguridad de la ONU.