La preocupación del gobierno surcoreano por los reactores nucleares no es gratuita, tras sufrir algunas consecuencias del gran desastre de Fukushima (Japón) en marzo de 2011, considerado el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en 1986.
El objetivo del actual mandatario, Moon Jae-in, es desarrollar las energías alternativas, como la solar y eólica.
"Tengo la intención de congelar todos los preparativos para la construcción de nuevas centrales nucleares, así como de negarme a la prolongación de la vida útil de los reactores existentes", expresó Moon.
Cerca del 30% de toda la electricidad de Corea del Sur es generada por 25 reactores nucleares, cuya vida útil debe expirar entre 2020 y 2030.
Durante su campaña presidencial, Moon Jae-in se comprometió a cerrar todas las centrales nucleares del país, "aunque se necesitará más de una década", aseguró.
El presidente también prometió abandonar la energía de carbón —la fuente de unos 40% de toda la electricidad en el país— para reducir la contaminación del aire.
Por otro lado, los expertos temen que estas medidas puedan aumentar considerablemente el costo de los servicios públicos en el país.