Según el diario digital Inquirer.net que cita a los mandos policiales, Carlos fue despedido de su empleo por no haber declarado correctamente sus activos y patrimonio neto.
Era un padre de tres hijos, pero estaba separado de la esposa, que rechazaba su adicción al juego.
En la noche del jueves al viernes, Carlos entró con dos armas de fuego en el casino Resorts World Manila, robó fichas por 2,6 millones de dólares, prendió fuego a varias mesas y máquinas de juego, pero luego se encerró en una habitación del hotel que es parte del complejo, se roció con gasolina y se pegó un tiro.
Además del atacante, en el recinto murieron 37 personas, en su mayoría, mujeres que se asfixiaron durante el incendio en el área del casino, y sufrieron heridas menores 54 personas, de las cuales 18 fueron hospitalizadas.