Según el comisionado adjunto de Sargodha, Liaquat Ali Chatta, el custodio –identificado como Abdul Waheed, empleado de la comisión electoral de Pakistán, y probablemente un enfermo mental– y sus cómplices intoxicaron y mataron con machetes y bastones a las víctimas que habían acudido al santuario de Ali Ahmed Gujjar de diversas zonas de la provincia de Punyab.
Según las autoridades locales citadas por la cadena, el atacante afirma que trataba de iluminar el espíritu de sus discípulos a través de las palizas.
Además, de acuerdo con otros medios de Pakistán, no fue su primer acto de agresión hacia los feligreses pero el primero que terminó con su muerte.
Los residentes locales comentan que el custodio visitaba el templo dos veces al mes y torturaba a sus feligreses con fuego, asegurándoles que fueran medidas sanativas.