Daesh —autodenominado Estado Islámico [de Irak y el Levante], proscrito en Rusia y otros países— desde hace tiempo muestra su apoyo a los terroristas uigures, cuyo número en sus filas se cifra en unos 300 combatientes. Estos se dirigieron desde su área de origen a Irak y Siria para luchar por las ideas del yihad.
Islamistas en bosques de bambú
La prensa a menudo pasa por alto los informes sobre las tensiones entre Pekín y los islamistas. Asimismo, desde hace dos décadas China declara que sufre de ataques terroristas y lamenta que sus esfuerzos en la lucha contra los radicales no sean bien apreciados.
El foco de las confrontaciones entre el modelo comunista y el modo de vida islámica es la Región autónoma Uigur de Sinkiang, una subdivisión administrativa china al oeste del país, donde vive el pueblo originario de este territorio, los uigures, que profesan la fe islámica y conforman el 45% de la población del lugar.
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Pekín insiste en que los habitantes de esta región sigan el estilo de vida secular, o sea, que no celebren festividades religiosas en público y permitan la venta de alcohol y tabaco en las tiendas, etcétera. Además, afirma que las agrupaciones separatistas uigures mantienen vínculos con Al Qaeda.
China a su vez insiste que el número de uigures que luchan por la organización terrorista supera esta cifra tres veces al menos. El nuevo vídeo de los islamistas confirma esta información: muestra a radicales uigures que se entrenan tanto en su país de origen como en Siria e Irak preparándose para atacar a China.
Las amenazas islamistas llegaron justo a tiempo. Washington confirmó su deseo de fortalecer lazos bilaterales con Pekín pese a la reciente tirantez entre los dos países. Es verdad que las agendas políticas de China y EEUU coinciden en pocos puntos, sin embargo ambas naciones admiten que la lucha antiterrorista es un valor universal.
Ríos de sangre china
El mensaje de Daesh para las autoridades chinas es el primer anuncio de este tipo, aunque los uigures ya aparecieron en vídeos de islamistas anteriormente. La propaganda del Estado Islámico ya en el año 2015 publicó un vídeo llamado 'El combatiente más viejo' en el que aparece un anciano uigur de 80 años que aseguraba su disposición de luchar por la interpretación radical del islam.
Lo más probable es que este vídeo se dirigiera directamente a las autoridades chinas. El mensaje de los radicales dice que los chinos no oyen lo que dicen 'otras personas' y agregan que los soldados del califato vendrán a China para explicarlo todo en el lenguaje de armas. Asimismo, prometieron derramar ríos de sangre vengando a los oprimidos, refiriéndose a los uigures.
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Pero resulta que Pekín no hace mucho caso a este mensaje. Al responder a la pregunta de un reportero de Reuters, el portavoz de la Cancillería china declaró que había sabido de la existencia del vídeo y añadió que solo puede decir que condena el terrorismo.
Las declaraciones amenazadoras de radicales contra uno de sus enemigos más alejados, que de hecho no actúa directamente en Oriente Medio, se publican en un momento en que la organización terrorista está a punto de fracasar su 'prueba de fuego'.
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El 1 de marzo de este año el califa de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró que sus partidarios ahora solo pueden fugarse y esconderse. Al mismo tiempo las tropas turcas lograron establecer su control sobre la localidad de Al Bab, mientras el Ejército gubernamental sirio con el apoyo de la aviación rusa liberó la ciudad de Palmira. En dicha situación queda poco claro para qué Daesh decidió amenazar a China. De todos modos, los islamistas sí que le recordaron al mundo otra vez de su existencia.
