"Semejantes decisiones se toman cuando el servicio de inteligencia detecta un indicio específico de un posible intento de asesinato", declaró a Yonhap una fuente anónima que trabaja con Thae en el Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional.
El presidente en funciones y primer ministro de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn, advirtió que el Norte podría intentar otro ataque terrorista para desviar la atención de la comunidad internacional de la muerte de Kim Jong-nam.
"Tenemos que hacer todo lo posible para proteger a los desertores de Corea del Norte", declaró Hwang durante una reunión del gabinete.
El propio Thae, que había sido consejero delegado de la Embajada norcoreana en Londres hasta que emigró a Corea del Sur, se declaró dispuesto a seguir adelante con sus actividades públicas.
En enero pasado, Thae Yong-ho afirmó que en Pyongyang hay muchos diplomáticos esperando para huir al Sur y que el número de "desertores de élite que buscan una vida mejor" irá en aumento.
Kim Jong-nam, de 45 años, hijo mayor del exlíder norcoreano Kim Jong-il fallecido en 2011, murió envenenado por una sustancia tóxica suministrada por dos mujeres en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur el 13 de febrero.
La policía de Malasia detuvo en relación con el asesinato a cuatro sospechosos: dos mujeres, una vietnamita y la otra indonesia, y dos hombres, uno malasio y el otro norcoreano.
Otros cuatro sospechosos supuestamente pudieron escapar a Pyongyang, según las fuentes policiales citadas por la prensa malasia.
Hasta el momento no se han dado a conocer los resultados de la autopsia de Kim Jong-nam.