A principios de este año, el Papa hizo un llamamiento instando a los políticos que se abstengan de emplear la violencia.
"Como la primera mujer presidente de origen chino en el mundo, aspiro a estar a la altura de sus palabras mientras me dedico a mejorar el bienestar del pueblo taiwanés y la creación de una nueva era de paz a través del estrecho", escribió.
Agregó que basándose en los "muchos años de experiencia en las negociaciones" entre Taipéi y Pekín, está "convencida de que la acción militar no puede resolver los problemas".
Las relaciones oficiales entre el Gobierno central chino y Taiwán quedaron suspendidas en 1949, cuando las fuerzas de Kuomintang encabezadas por Chiang Kai-shek se refugiaron en la isla tras ser derrotadas por el Ejército Rojo del Partido Comunista.
Las relaciones de negocios e informales se restablecieron a finales de 1980.
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Desde principios de 1990 las partes mantienen contactos a través de organizaciones no gubernamentales.