Según el periódico Vietnam News, las autoridades locales creen que la nave, supuestamente de origen chino, podría haber sido arrastrada hasta el lugar de su descubrimiento por las tormentas que azotaron China el pasado octubre.
A bordo de la embarcación no se hallaron ni los miembros de la tripulación, ni tampoco objetos de valor como utensilios de pesca, agua potable o petróleo.
Después de realizar un registro minucioso del buque, se remolcó la nave hasta La Gi, donde fue fondeada a dos millas del litoral, ante la amenaza de que pueda hundirse y contaminar la zona.
Mientras sigue en marcha la investigación para esclarecer el destino de sus tripulantes, las autoridades locales ya han descartado la versión del secuestro del barco o de que se haya producido algún suceso violento a bordo, ya que no encontraron signos de violencia como manchas de sangre o agujeros de bala.
No obstante, este descubrimiento ha elevado las alarmas respecto a la seguridad de la navegación en esta región del mundo, después de que el 12 de noviembre, un barco vietnamita con 6 tripulantes a bordo fuera secuestrado cerca de las costas de las Filipinas.