Según señala a Sputnik el profesor asociado de la Universidad Estatal de Moscú, Alexéi Fenenko, el fortalecimiento de las relaciones con Filipinas es "un intento de China de dividir el frente unido del Gobierno de Duterte con Vietnam, una táctica compleja dirigida a que Manila y Hanoi dejen de compartir su posición acerca de las islas disputadas en el Mar del Sur de China".
"Por otro lado, los filipinos se sienten ofendidos por los estadounidenses y tratan de causarles algunas molestias", agregó Fenenko.
Fómicheva apunta que fue Duterte quien "hizo el primer movimiento al dar una vuelta hacia la cooperación con China y Rusia" en protesta contra la crítica expresada por parte de EEUU acerca de su campaña antidrogas.
"Y los chinos no tardaron en utilizarlo. Y este proyecto es una señal de que China está superando a EEUU en las Filipinas y de que la situación en la región se está transformando de manera sustancial", sostiene.
Por su parte, el profesor del Instituto de Estudios Internacionales de China, Shen Shishun, indica que el trabajo conjunto de Manila y Pekín en el Mar del Sur de China promete ser duradero y fructífero a pesar de que persistan las tensiones.
"Siguen habiendo discrepancias en relación al control sobre la zona pero China y las Filipinas podrían recurrir a diferentes escenarios de cooperación. Y este nuevo proyecto es uno de ellos", concluye.