La alerta máxima se declara en casos extraordinarios debido a la amenaza de una calamidad natural de proporciones especialmente grandes.
En los casos de tifones tal alerta se declara si la presión en su parte central resulta por debajo de 910 hectopascales y la velocidad del viento excede 60 metros por segundo.
En la isla de Okinawa se espera la velocidad del viento de hasta 80 metros por segundo.