"El estado de emergencia permanecerá en vigor hasta que sea levantada por el presidente", afirmó el secretario adjunto de la Oficina de Comunicaciones Presidenciales, Kristian Ablan.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la presidencia filipina, Salvador Medialdea, afirmó que se ha ordenado en respuesta al brote de ataques terroristas en forma de secuestros, decapitaciones y el reciente atentado con bomba en un mercado de Dávao, la tercera ciudad más poblada del país, que dejó al menos 14 muertos y más de 70 heridos.
Al mismo tiempo precisó que no se trata de una ley marcial y no se impone el toque de queda.