"No existen razones algunas para que el THAAD esté dirigido contra un tercer país, no tendría ningún beneficio real, no tenemos intención alguna ni planes de actuar de esta forma", afirmó.
"Esta decisión fue inevitable para proteger la seguridad del Estado y la vida de los ciudadanos de las amenazas nuclear y de misiles de Corea del Norte, que aumentan cada día", afirmó.
La presidenta subrayó que si la amenaza de Pyongyang desapareciera no haría falta desplegar el sistema THAAD.
Pak señaló que Seúl expresó a Rusia su postura al respecto.
"Si Moscú siente la necesidad de explicaciones adicionales, seguiremos manteniendo contactos estrechos", aseguró.
El pasado julio, Seúl y Washington lograron un acuerdo para desplegar en territorio surcoreano una batería THAAD, que se haría operativa a finales de 2017 como muy tarde.
Tanto Seúl como Washington reiteraron que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.
El sistema THAAD (siglas en inglés de Defensa Terminal de Área a Gran Altura) está diseñado para detectar misiles balísticos con radar terrestre e interceptarlos a una altitud de entre 40 y 150 kilómetros.
Una batería THAAD incluye un radar TPY-2 TM, seis lanzadores, 48 misiles interceptores y un punto de mando.