Atambáev comentó así las palabras del ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, quien había llamado a Biskek a cerrar las escuelas privadas que supuestamente reciben inyecciones financieras de los gulenistas y advertido que Ankara revisará su relación con Kirguistán a menos que cambie de actitud hacia la "banda de Gulen".
"Es un absurdo. Si son tan listos ¿por qué no han visto venir el golpe? Claro que vamos a escuchar todas las sugerencias y comprobaremos la información, pero que nadie venga a asustarnos ni a aleccionarnos", dijo Atambáev.
Anteriormente, el Ministerio de Exteriores kirguís criticó las declaraciones de Cavusoglu al señalar que una nación soberana es capaz de decidir por su cuenta lo que le conviene.
El Gobierno turco sostiene que detrás de la asonada está el teólogo islámico Fetullah Gulen, cuya extradición exige a EEUU.
El propio Gulen, residente en Pensilvania, rechazó las acusaciones, condenó la asonada y afirmó que Erdogan la está aprovechando para dar un golpe blando contra la Constitución.
Lea también: Las distintas versiones del golpe turco
El movimiento gulenista, que los partidarios del clérigo llaman Hizmet (Servicio) y el Gobierno turco califica de "Estado paralelo" y "organización terrorista", coopera activamente con escuelas privadas y universidades en más de 150 países.