Ling trabajó en la Oficina General del Comité Central del partido y ocupó un cargo similar al del jefe del personal del presidente hasta que el accidente mortal de su hijo torció su carrera política en 2012, cuando todo parecía indicar que iba a ingresar en el poderoso Politburó.
Su hijo estrelló su Ferrari en Pekín con dos mujeres semidesnudas en un caso que circuló por las redes a pesar de los intentos de su padre por taparlo.
El accidente reveló una vez más la vida de excesos de los descendientes de los líderes chinos, un asunto que estimula la insatisfacción social.
Pekín está negociando con Washington la repatriación de su hermano, Ling Wancheng, quien se encuentra en Estados Unidos.
La agencia no hace referencia ahora a las acusaciones de adulterio que se hicieron públicas tras su detención.
La prensa oficial había señalado entonces la caída de Ling como una advertencia al resto de funcionarios.
"Su caso muestra que su ambición política y deseo personal cruzaron la línea roja de la decencia humana (…) Estaba destinado a caer", señalaba un editorial del diario Global Times: "Él creyó ciegamente que el poder puede ayudar a resolverlo todo, pero en la era de internet nada puede ser escondido", añadió en una velada referencia al accidente de su hijo.
Ling es la última víctima de la campaña anticorrupción del presidente, Xi Jinping, quien prometió cuando subió al poder que caerían tanto moscas como tigres, en alusión a bajos y altos funcionarios.