"Corea del Norte ha aumentado las penas a los que son descubiertos usando teléfonos móviles en las áreas cercanas a la frontera con China (para contactar con los familiares que huyen a Corea del Sur) y extremado la vigilancia en las zonas costeras", señala un informe sobre derechos humanos publicado hoy por el Instituto Coreano para la Unificación Nacional.
Pyongyang impone castigos forzosos desde 2014 a todos los que tratan de huir, independientemente del número de veces que lo hayan intentado.
La vigilancia en el país es incluso más fuerte sobre las familias que tienen a algún miembro que ha desertado.
Pyongyang también ha reforzado el control sobre el contrabando de DVD con películas y series surcoreanas.
El estudio también denuncia que los trabajadores que Pyongyang envía al extranjero están obligados a enviar una gran parte de sus ingresos al Gobierno como muestra de su fidelidad.
Según el informe, los más de 50.000 norcoreanos que trabajan en el extranjero, especialmente en China y Rusia, son una de las escasas fuentes de divisas para Pyongyang.
Corea del Norte suele encabezar las clasificaciones de países donde se producen más violaciones de derechos humanos.
Pyongyang rechaza esas acusaciones y las califica de intentos de derrocar al Gobierno.