Esta declaración es una señal de que no tienen intención de negociar con el Gobierno de Kabul, cuyas tropas sufrirán una segunda temporada de combates sin el apoyo de la OTAN en el terreno.
Debido a un invierno suave y a la postura agresiva de la nueva dirección del movimiento, los talibanes no han hecho ninguna tregua invernal este año y los combates son particularmente feroces en Helmand, provincia meridional controlada en buena parte por los insurgentes y de donde procede la mayoría del opio afgano, señala AFP.
Los talibanes empezaron la insurrección tras la caída de su régimen en 2001. EEUU contribuyó con el desplome del Gobierno del grupo, al iniciar una operación militar después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Los insurgentes reforzaron su actividad al finalizar en 2014 la misión de combate de la OTAN. Actualmente los islamistas tienen como objetivo expulsar del país a los 13 mil soldados de la OTAN que todavía permanecen allí.
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Los "talibanes" son considerados una organización terrorista y sus actividades están prohibidas en Rusia, de acuerdo con el Tribunal Supremo del país.