El Ministerio de Exteriores chino pidió en un comunicado al G7 que se abstenga de seguir con sus "declaraciones y acciones irresponsables y juegue un verdadero rol constructivo en la estabilidad y paz regional".
La declaración, que no cita a Pekín aunque es el claro receptor del mensaje, también condena las construcciones artificiales en el agua y su utilización militar.
Pekín se mostró "muy descontenta" y lamentó que la cumbre se desviara de los temas económicos.
Lu también insistió en que China no aceptará la resolución de los conflictos por vía del arbitraje judicial y repetido el derecho a esas construcciones en un territorio que considera propio.
La beligerancia en las aguas del mar del Sur de China se disparó en los últimos meses con la construcción de islas artificiales en atolones con finalidades militares, aunque Pekín siempre subrayó su naturaleza civil.
China ya había pedido en las vísperas de la cumbre del G7 en Hiroshima que se centrasen en temas económicos y adoptasen una perspectiva "objetiva y justa" ante la sospecha de una declaración condenatoria.