Los viajeros chinos gastaron un total de 116.800 millones de dólares, lo que supone el 46% del volumen global, según Fortune Character Group, con base en Pekín.
Es habitual que los chinos aprovechen sus viajes a Europa o EEUU para adquirir unos productos de lujo que en su propio país suelen ser mucho más caros.
Un estudio reciente mostró que el precio de 37 productos de lujo analizados era entre un 40% y un 68% mayor en China que en Occidente.
El consumo de esos bienes de los turistas chinos aumentó una media anual del 27,8% anual desde 2005, según los datos del Ministerio de Comercio, lo que evidencia una tendencia a prueba del supuesto aterrizaje de la economía nacional.
El consumo de los chinos en el extranjero de los bienes de lujo dobla al interior, según el diario China Daily.
Otra de los razones es la campaña contra la corrupción emprendida por el presidente, Xi Jinping, que aconseja mantener un perfil bajo en el país.
"Las condiciones ventajosas para viajar, la apreciación del yuan y las atractivas tiendas en el extranjero y mercados para turistas han empujado a los chinos a comprar más artículos foráneos tanto en tiendas físicas como online", declaró Jiang Yiyi, director del Instituto del Desarrollo Turístico de la Academia Internacional de Turismo de China.
La febril pulsión compradora de los chinos en el extranjero contrasta con el mayor control en su propio país, lo que perjudica el plan de Pekín de virar el modelo económico de las tradicionales exportaciones al autoconsumo.
Si sólo una tercera parte de las compras en el exterior se hubieran trasladado al interior, el índice de ventas nacionales habría aumentado un punto porcentual, según la Academia Internacional China de Comercio Internacional y Cooperación Económica.