"Los aliados estadounidenses y surcoreanos están centrados en la amenaza real por parte de Corea del Norte, que continúa desarrollando misiles balísticos pese a las exigencias de la comunidad internacional, y es por eso que los aliados deben mantener la capacidad operativa y la eficacia de las medidas de protección frente a misiles balísticos", explicó el teniente general Thomas Vandal, comandante del Octavo Ejército de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur.
"Este tipo de maniobras garantizarán nuestra capacidad operativa permanente para proteger (a la región) en caso de ataques de Corea del Norte", subrayó.
El 7 de febrero, Corea del Norte lanzó un cohete con el satélite Kwangmyongsong desde la base de Sohae (costa del mar Amarillo), pero expertos sospechan que fue una prueba de un misil balístico intercontinental.
El cohete, pese a las amenazas de Japón de derribarlo, sobrevoló la isla de Okinawa y puso en órbita el satélite, que se encuentra a una altura de entre 494,6 y 500 kilómetros y da una vuelta completa alrededor de la Tierra cada 94 minutos.