Entre otros, la medida benefició a un ciudadano de Nueva Zelanda, llamado Philip Blackwood, que desde finales de 2014 cumplía condena en una cárcel por insultar a la religión budista.
El presidente del país, Thein Sein, también conmutó la pena de muerte por cadena perpetua a 77 reos, informó el director de la oficina del jefe de Estado, Zaw Htay.
Las medidas forman parte de un programa de amnistía puesto en marcha en 2011.
Desde entonces, las autoridades del país han liberado a más de 1.200 presos políticos, pero medio millar de prisioneros todavía siguen recluidos, según Channel News Asia.