Un experto calcula que las reformas anunciadas ayer desencadenarán un consumo adicional de 75 mil millones de yuanes (casi 12 mil millones de dólares) anuales.
Los cálculos de Liang Jianzhang, profesor de la Universidad Pekín, parten de los 30.000 yuanes (4.700 dólares) que, a su juicio, son la media del consumo que genera cada niño.
El Gobierno se está esforzando en virar el tradicional modelo económico basado en las manufacturas y la inversión estatal en otro que descanse sobre el consumo interno, pero el proceso es más lento y dificultoso de lo esperado.
Uno de los escollos es el envejecimiento de la población, ya que los ancianos registran una alta cuota de ahorro.
Pero en un país de 1,37 mil millones de habitantes, incluso un pequeño porcentaje se dejará notar en muchas industrias.
Los mercados de valores ya han registrado las consecuencias del final de la política del hijo único con grandes beneficios de las compañías relacionadas con la infancia.
Los fabricantes de pañales, carritos de bebé o leche en polvo han visto subir el precio de sus acciones.
También han subido las acciones de la francesa Danone y la estadounidense Mead Johnson Nutrition, que ofrecen productos de alimentación para niños.
Por el contrario, el fabricante de preservativos japonés Okamoto ha perdido un 10 por ciento de su valor.
La reforma legal también ha sido recibida con alegría por la compañía estadounidense Disney, que prepara la apertura de un nuevo parque temático en Shanghái.